¿Qué es el despido procedente?
¡Hola a todos! En este artículo hablaremos sobre el despido procedente. Es un tema de gran importancia para todas aquellas personas que actualmente se encuentran en la búsqueda de trabajo. Aquí abordaremos qué es el despido procedente, cuáles son sus características y los trámites que se deben seguir para solicitarlo. ¡Espero que les sea de utilidad!
Qué es el despido procedente
El despido procedente es una de las figuras de despido reconocidas por el Derecho Laboral español. En él, el empleador extingue la relación laboral con el trabajador, y es el único que da derecho a la indemnización. La indemnización es una compensación económica que recibe el trabajador como consecuencia del despido.
Para que un despido sea procedente, el empleador debe acreditar la causa o motivo que justifica la extinción de la relación laboral. Estas causas se establecen en el Estatuto de los Trabajadores y se clasifican en despido disciplinario (por falta grave o muy grave cometida por el trabajador), despido objetivo (por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción) y despido por extinción de la relación laboral (cuando el contrato se extingue por el vencimiento del plazo fijo para el que fue celebrado).
En el caso de los despidos objetivos, el empresario debe probar a la autoridad laboral que existe una causa objetiva que justifique el cese. Además, debe haberse seguido previamente un procedimiento regulado en el Estatuto de los Trabajadores, que incluye informar al trabajador, ofrecerle una indemnización y esperar un plazo antes de proceder a la extinción de la relación laboral.
Requisitos para el despido procedente
Es posible que un empleador despida a un trabajador sin justa causa, siempre que cumpla con los requisitos establecidos en la legislación laboral. Estos requisitos se refieren a la:
- Causa legal: El trabajador debe haber cometido una infracción a los deberes laborales o haber violado la relación de confianza entre él y el empleador.
- Notificación: El empleador debe notificar su decisión al trabajador con la debida anticipación. La notificación debe ser escrita y especificar los motivos del despido.
- Indemnización: El empleador debe pagar una indemnización de 33 días de salario por año trabajado o proporcionalmente, si la relación laboral dura menos de un año.
- Audiencia previa: El trabajador tiene derecho a una audiencia previa con el empleador antes de que se realice el despido.
Si los requisitos mencionados anteriormente se cumplen, el despido procedente se considerará válido.
Causas para el despido procedente
El despido procedente es una de las principales causas de la terminación de un contrato laboral. Los empleadores deben tener presente que un despido procedente debe estar siempre justificado con un motivo válido. Éstos son algunos de los motivos más comunes, los cuales pueden llevar a un despido procedente:
- Incumplimiento de las obligaciones laborales por parte del trabajador. Esto incluye el incumplimiento de las normas establecidas por la empresa y el no seguimiento de directrices concretas.
- Bajo rendimiento por parte del trabajador, que se traduce en una falta de productividad y calidad en su trabajo.
- Abandono de puesto de trabajo sin causa justificada.
- Faltas reiteradas al trabajo, sin causa justificada.
- Mala conducta, incluyendo el acoso laboral, el hurto o la violencia en el lugar de trabajo.
Cada empresa puede establecer sus propias causas para el despido procedente, por lo que es importante que los trabajadores estén al tanto de las normas de la empresa para evitar cualquier tipo de problema.
Reclamaciones por despido procedente
Reclamaciones por despido procedente
Si un empleado cree que ha sido despedido con motivo procedente, puede presentar una reclamación de despido ante la autoridad laboral. La reclamación debe incluir una explicación de por qué el empleador ha actuado de forma incorrecta. Si es aceptada, el empleado tendrá derecho a una indemnización compensatoria.
La cuantía de la indemnización depende del tiempo de servicio, la edad del trabajador, el salario devengado y otros factores. La ley especifica los detalles de la indemnización y se aplica de forma estricta. Si el empleador no cumple con los requisitos de ley, el trabajador puede presentar una reclamación ante el tribunal laboral.
Los trabajadores despedidos con motivo procedente tienen derecho a recibir una indemnización por el preaviso, es decir, el tiempo entre el aviso de despido y la finalización del contrato. El preaviso se basa en el tiempo de servicio y puede variar entre uno y tres meses. El trabajador también tendrá derecho a recibir la documentación necesaria para demostrar su antigüedad laboral.
Por último, el trabajador despedido con motivo procedente puede recibir una indemnización por los salarios no percibidos. Esta indemnización debe ser acordada por el empleador y el trabajador antes de la finalización del contrato.
Consecuencias del despido procedente
El despido procedente conlleva sus consecuencias. El trabajador recibirá una indemnización, pero no podrá seguir desarrollando su trabajo. La indemnización dependerá del tiempo trabajado, de acuerdo a la legislación vigente. Por ejemplo, para los trabajadores con una antigüedad de hasta un año, la indemnización será de 20 días de salario por año trabajado.
También se verá afectada la seguridad social. El despido procedente provoca la baja automática en el Régimen General de la Seguridad Social. Esto significa que el trabajador dejará de cotizar a la seguridad social desde el momento en que se produzca el despido. Se aconseja a todos los trabajadores, antes de ser despedidos, acudir a la Seguridad Social para obtener información sobre los subsidios a los que tienen derecho.
Otra consecuencia del despido procedente es la pérdida de la protección que ofrece el contrato de trabajo. El trabajador ya no tendrá derecho a recibir los salarios y los beneficios establecidos en el contrato. El trabajador también perderá el derecho a utilizar los servicios de la empresa, como el transporte, el comedor o la guardería.
Por último, el trabajador también puede sufrir daños psicológicos a causa del despido. Esto se debe a la incertidumbre económica y laboral que se genera tras el despido. Por ello es importante acudir a un profesional de la salud para tratar los síntomas de la ansiedad y el estrés.
Alternativas al despido procedente
Cuando un trabajador es despedido procedentemente, significa que su desvinculación es por causas justificadas. Entre estas justificaciones se encuentran: la reorganización de la empresa o el incumplimiento de la parte trabajadora. Sin embargo, existen alternativas al despido procedente como la reducción de jornada o la suspensión del contrato, entre otras.
La reducción de jornada consiste en la disminución de la jornada laboral sin que se produzca una reducción de salario. Esta reducción de jornada puede ser parcial, temporal o total. Por ejemplo, reducir la jornada semanal de 40 a 30 horas, o bien suspender la jornada laboral durante un tiempo determinado.
Otra de las alternativas al despido es la suspensión del contrato. Esta suspensión puede ser temporal o de forma indefinida. En el primer caso, la empresa no paga el salario al trabajador durante el tiempo que dure la suspensión. En el segundo caso, el trabajador cobrará parte del salario durante la suspensión, siempre que cumpla ciertos requisitos. La suspensión indefinida puede ser una buena opción para las empresas que atraviesan situaciones de dificultad temporal.
En ambos casos, la reducción de jornada y la suspensión del contrato, son alternativas al despido que permiten mantener el vínculo laboral sin causar daños a la parte trabajadora. Estas medidas pueden ser negociadas entre empresa y trabajador, siempre que se cumplan ciertos requisitos establecidos por la ley.
¡Espero que hayas aprendido mucho con este post sobre el despido procedente! Si tienes alguna pregunta o deseas compartir tu experiencia, no dudes en dejar un comentario. ¡Gracias por leer!